Hoy deseo hacer una recomendación a mis queridos lectores, la verdad es que no podría vivir sin ellos.
Dicho esto me dirijo ya a ustedes y paso a la recomendación. Pero antes quiero dejar bien claro que no soy persona de "recomendaciones", pues considero que cada uno es "uno mismo" y "nunca llueve a gusto de todos". Mi recomendación es un libro " El Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta" del filósofo americano R. Pirsig. Tal vez ya lo hayan leido, cosa que no me sorprendería en gente tan cultivada como son ustedes.
Espero que les guste tanto como me gustó a mi.
Un gran saludo
Suyo Tomás
jueves, 12 de marzo de 2009
sábado, 7 de marzo de 2009
Divagaciones sobre la "cultura"
Entendiendo por cultura, en este caso, pues la palabra contiene en sus diversas definiciones conceptos varios, las manifestaciones creativas del ser humano, comprendemos enseguida que dichas manifestaciones pueden abarcar desde los movimientos urbanos más Underground hasta excelsas obras literarias. Muchas cosas influyen en “la cultura”, pero una parte importante de ella es producida individualmente, digamos fruto de la inteligencia, sensibilidad, talento y trabajo….de una persona o incluso un grupo. Ahí reside en gran parte su belleza, la libertad que escapa y se expande. Pero ahora lo que no para de expandirse son las garras de la clase política, que no conformes con sus más que holgadas cuotas de poder, fiscalizan hasta la más mínima expresión creativa. Siempre ocurre, el poder debe mantenerse, para ello es necesario que todos los resortes sociales estén debidamente orientados a proteger los intereses de los que, en un momento determinado, ostentan el ansiado trono. Como decía Gramsci, es mejor convencer al resto de que mis intereses son sus intereses, así todos trabajan mansos para uno. Hoy, en la era de la tecnología, la comunicación, la publicidad, todo es más difuso, más confuso y a su vez más efectivo, hay que utilizar lo que brinda la actualidad para repetir oscuros patrones del pasado. Es necesario acotar las posibilidades, silenciar lo que no conviene y en definitiva, hacer pan con moldes para magdalenas. Hacer “cultura”, enlatada ya desde las instancias de poder (estatal y regional) y colocarla como expresión libre, porque lo importante, es que no se note el estrecho molde que pretende dar forma a todo. La sofisticación corre de parte de los medios de comunicación, como siempre ha ocurrido, sólo que ahora presentan como diverso, lo que es lo mismo. Lo único bueno es, como siempre, la capacidad humana para lo genuino, la Cultura y las mentes creativas son más amplias que todo esto y la percepción y el ingenio también se afinan más. Aún en la sombra, siempre habrá “productores de Cultura” que representarán lo más admirable y grande del ser humano, lo que le sitúa, con su esfuerzo, lejos del camino de servidumbre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)